domingo, 12 de abril de 2015

Ideas rumiantes


Todos hemos vivido experiencias que nos afectan negativamente, experiencias traumáticos, dolorosas, o que simplemente nos cuesta asimilar. Y es normal sentir incomodidad y pensar en aquello que nos ha afectado para lidiar con ello y reflexionar, en un intento de apaciguar la angustia, dando un alivio emocional y psicológico.

Estas preocupaciones diarias son normales, pero cuando tienden a adaptar un carácter obsesivo, intrusividad y compromiso funcional.

Es completamente normal reflexionar sobre todo aquello que nos sucede. Los pensamientos van y vienen, e intentamos apaciguar esa preocupación meditando acerca de los problemas y sus posibles soluciones. Reflexionar nos alivia emocional y psicológicamente.

Pero revivir una y otra vez ese dolor de forma acentuada, hace que en vez de generar un alivio, se de la ansiedad y todo lo que pueda llegar acompañarla, bien sean ideas de culpa, resentimiento, tristeza,etc.

Varios ejemplos están dados en la vida diaria, bien sea luego de terminar un noviazgo o al perder un trabajo, ser expulsado de alguna institución, una muerte de alguien allegado, etc. Todos los anteriores ejemplos pueden llegar a ser tan traumáticos e inauditos para una persona, que esta es incapaz de exteriorizar dichos sentimientos y pensamientos, y lo que hace es rumiar el pensamiento, de forma obsesiva e intrusiva, se invade su mente con aquella situación que le aterra.

Las consecuencias de lo anterior son evidentes, la disfunción afectiva o emocional, psicológica, social, laboral, etc. Finalmente se manifiestan como una entidad psicopatológica, bien sea un trastorno de ansiedad, una depresión, alteraciones del afecto y demás.

Entonces al uno leer esto se pregunta, ¿como puedo romper ese circulo vicioso? La respuesta es la misma que diría cualquier persona, "no pienses en ello", y esto se consigue realizando actividades gratificantes, que mantengan la mente ocupada y enfocada en otras actividades no relacionadas con dichas ideas rumiantes, se debe evitar la reflexión, al menos al principio, posteriormente es muy indicado discutir lo sucedido con alguien mas, el simple hecho de exteriorizar, compartir y discutir puntos de vista distintos sobre lo sucedido incrementa nuestra introspección, y mejora muchísimo el pronóstico, por lo tanto, no reprima lo que siente o le aqueja, discútalo y haga actividades que le impidan pensar repetidamente en ello.


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